olvidaste tus aires de hombre libre
en el andén
de las prisas y la mentira
y tus muñones alados
son la cicatriz de tu costumbre
Renegaste de tu sombra,
huiste de los labios de la suerte
en el sinfín
de la razón y los miedos
y el hueco de tu ausencia
lo cubre un hálito de lucidez
Ahora ya no vuelas,
reptas por tu vida a la intemperie
y tu piel,
antaño sincera,
le miente a tus sentidos
Ahora ya no piensas,
te deslizan por la rutina consentida
y tu ego
se emancipa sin remite
absorto en un nosotros deshumanizado
Mañana,
esas alas quemadas
se subastarán en el destierro
del individuo
a golpes de sociedad
Y este verso,
ese mañana de herrumbre,
morirá,
vacío de rimas
y ahogado de normalidad...
De "Sentimientos de un extraño"
Francisco J. Picón
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